Significa protección y se refiere a los derechos que los niño (s) tienen por el simple hecho de haber nacido; dentro de este derecho viene inmerso la seguridad y la provisión de las necesidades básicas. Nuestra institución propende ser agente de amor en complemento a los conocimientos impartidos, a las competencias básicas y al desarrollo de las habilidades intelectuales que se darán según un cronograma y tendrán un curso y mejoramiento guiado y valorado

La responsabilidad como parte de la libertad que poseen los niño (s), demanda actitudes de reflexión, prevención y previsión en referencia a las consecuencias de las decisiones tomadas. Es por que la responsabilidad pedagógica y psicológica proyectada hacia los niños debe ser soportada y valorada a través de planes y programas acordes  a la metodología Montessoriana y a experiencias vivenciales y necesidades de los diferentes estamentos educativos.

El ambiente en el cual crece un ser humano, determina como serán sus relaciones interpersonales; es en esta etapa vivencial donde se fundamenta que un niño será tolerante, piadoso, amigable, generoso, etc.

El respeto concebido como la facultad de saber actuar correctamente  frente a los otros y para con los otros, exige para nuestro diario vivir un valor, una actitud o una acción en la cual se debe tener en cuenta la dignidad y la individualidad de las otras personas.

Concebir el compromiso como una pieza clave dentro de todo proceso formativo del niño, permite visionar que junto a valores agregados como el amor, respeto y la responsabilidad se puede establecer la búsqueda constante de la mejora académica, del crecimiento humano y del  perfeccionamiento personal.  

En el caso de nuestros niños, los compromisos sociales, familiares, personales y académicos son muy variados y asertivos; pueden afectar todos los ámbitos en los que se desenvuelven y permiten buscar y plantear en todos y cada uno de ellos un punto objetivo de mejora en un aspecto determinado o en un momento dado.